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Neutralidad de carbono significa alcanzar un resultado neto de cero emisiones de gases de efecto invernadero. Podemos producir emisiones, pero en un número equivalente o inferior a la capacidad absorbente natural que tiene el planeta. La búsqueda del equilibrio entre ambos factores es uno de los objetivos principales del Acuerdo de París, convenio al cual Argentina adhirió en 2015 y ratificó mediante la Ley 27.270 en 2016.
Desde el inicio de la Revolución Industrial, en la segunda mitad del siglo XVIII, con su consecuente desarrollo tecnológico, y la ampliación fabril llevada a escalas nunca antes vistas previamente, comenzó un proceso de crecimiento sostenido de las emisiones de gases de efecto invernadero al ambiente. Las que aumentaron aún más con la invención del motor a combustión interna y la expansión de los medios de transporte públicos y privados (principalmente el automóvil).
es menester proteger y recuperar los llamados “sumideros de carbono”
Este crecimiento de gases contaminantes en la atmósfera tiene entre sus dos consecuencias más grandes al cambio climático (aumento de temperatura, deshielo, migración y extinción de variadas especies de animales, entre otros) y afecta la salud de las personas (problemas respiratorios a causa del smog en la ciudades, por ejemplo). Para evitar que llegue al punto de no retorno, es decir, de daño irreparable en los ecosistemas, es necesario llevar a cabo acciones tendientes a reducir las emisiones y a compensar las mismas con la absorción natural.
Con la mira en lograr dicho objetivo es menester proteger y recuperar los llamados “sumideros de carbono” los cuales pueden definirse como “cualquier sistema, natural o artificial, que absorbe más carbono del que emite”. Los mayores sumideros naturales son los bosques, océanos y suelos que incorporan el carbono de la atmósfera y lo expulsan en forma de oxígeno. La defensa de estos lugares es esencial para no agravar la situación actual que se caracteriza por el aumento de temperatura a causa de la deforestación, los monocultivos sin períodos de descanso para el suelo y la contaminación oceánica.
El camino hacia la neutralidad de carbono
Gracias a la toma de conciencia que la población mundial va tomando del cambio climático y la presente agenda mediática que contribuye a difundir información sobre este fenómeno, muchas instituciones, empresas y personas versadas en ecología comenzaron a inclinarse a llevar una vida o forma de producción más amigable con el medioambiente. Y una cantidad importante de ellas, se abocaron directamente a intentar conseguir la neutralidad de carbono.
Para iniciar este proceso se requiere de personal especializado capaz de calcular la llamada “Huella de carbono”, por la cual entendemos “la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto por una empresa, individuo u organización durante un período determinado”. Una vez realizado el cómputo, se puede comenzar con el proceso, que es, generalmente, a mediano y largo plazo.
El caso de Glovo
La empresa española de envíos a domicilio anunció en 2019 su objetivo de lograr la neutralidad de carbono. Y, en el primer mes de 2022, informó la concreción del mismo. ¿Cómo lo logró?
En primer lugar aplicando políticas estrictas para evitar el desperdicio de comida (ya sea por devoluciones, quejas o tardanzas en las entregas). A su vez, implementó el uso de envases cuya composición no sea nociva para el medioambiente y redujo al mínimo el uso de los perjudiciales que no puedan suplirse.
En segundo lugar, en el aspecto de la movilidad, se realizó un reemplazo de la flota de vehículos con motores a combustión por otros con funcionamiento eléctrico. O promoviendo, en el caso de las distancias cortas, el uso de la bicicleta.
Y, por último, en tercer lugar, la empresa efectuó la compra de “bonos de carbono” que representan el derecho a emitir carbono a cambio de financiar proyectos que promuevan la mitigación del mismo. Por ejemplo, Glovo, a través de la adquisición de dichos bonos, está financiando desarrollos agropecuarios sostenibles y de defensa forestal en Brasil, Perú y Kenia.
El caso Ferrari
Ferrari es otro gigante de la movilidad que anunció su plan de adecuación a la neutralidad de carbono. Actualmente, la empresa se encuentra en proceso de planificación del asunto y, en simultáneo, anunció que para 2025 dispondrá del primer vehículo eléctrico fabricado en sus talleres. La comisión directiva de Ferrari estima que para 2030 obtendrán la ansiada neutralidad.
Pionera mundial y argentina
La empresa de productos forestales (madera, celulosa y derivados) Arauco es la primera del rubro en ser certificada con neutralidad de carbono a nivel mundial. Esto marca un hito que está siendo estudiado por otras compañías con el fin de replicar su metodología de trabajo. Sobre todo por el aspecto de que su materia prima (la madera) es uno de los principales sumideros de carbono a través de los árboles, por lo que se requiere un especial cuidado para conseguir el equilibrio buscado.
Neutralidad pendiente
Si bien Argentina adhirió a los acuerdos para llegar a la neutralidad de carbono, aún no existe un plan específico y unificado para llevar a cabo dicha tarea. Se estipulaba que el país, a través de sus representantes, presentaría un plan en la cumbre de Glasgow, en noviembre de 2021. Sin embargo, dicha presentación no sucedió. La principal razón, según alegan allegados al gobierno, es la falta de consenso entre la multiplicidad de actores para diseñar el proyecto. Desde el Ministerio de Ambiente, anunciaron que la presentación se hará en 2022.
Mientras las discusiones, las estrategias políticas y las promesas fluyen en torno al tema, desde las chimeneas sigue saliendo humo, los bosques arden y el clima se torna indómito. ¿Habrá que esperar mucho más?