En esta nota te vas a encontrar con: migración, cambio climático, nomadismo.
Sea por trabajo, vivienda, educación, seguridad o aventura la sociedad actual está en movimiento. Tanto es así que, en el quinto episodio de la actual temporada, conversamos sobre este fenómeno con quienes lo investigan preguntándonos si estamos ante un “¿Regreso al nomadismo?.
Si ya existían múltiples motivos por los cuales las personas deciden desplazarse de un lugar a otro, desde hace algunos años se suma uno nuevo: el cambio climático.
Ya en 1992, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático advirtió que: “los efectos más graves del cambio climático pueden ser los de la migración humana, ya que millones se ven desplazados por la erosión de las costas, las inundaciones costeras y las sequías severas” (Migration Policy Institute)
Asimismo, y con miras al futuro, el Banco Mundial establece que para el año 2050 en América Latina la cifra de potenciales migrantes climáticos podría llegar a ser de 17 millones (El País)
Olas de calor, sequías, incendios forestales, huracanes, temperaturas extremas, el cambio climático es parte de nuestro presente, pone en juego nuestro futuro y da nueva forma a los patrones migratorios en todas partes del planeta.
Si siempre han existido especies de aves migratorias que realizan viajes estacionales, ahora gran parte de la humanidad se verá obligada a copiar su vuelo.
¿Migrantes climáticos?
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define la migración climática como “el movimiento de una persona o grupos de personas que, predominantemente por razones de cambio repentino o progresivo en el medio ambiente debido al cambio climático, se ven obligados a abandonar su lugar de residencia habitual, o elegir hacerlo, ya sea de manera temporal o permanente, dentro de un Estado o a través de una frontera internacional”.
Pero, como bien señala el artículo ¿Quién cuenta como migrante climático? existe la dificultad de establecer cuando el cambio climático es la razón predominante para mudarse, dado que existen “eventos climáticos repentinos que ocurren en días o incluso horas, como huracanes, incendios forestales o inundaciones, donde el vínculo con la migración es más directo y cambios lentos que ocurren durante muchos años, incluidos patrones de cambios erráticos e impredecibles, precipitaciones, temperaturas cambiantes y más extremas, cambios en la salinidad del suelo o aumento del nivel del mar.”
Además, y como ha sido siempre, las migraciones dependen una diversidad de factores y varían según la naturaleza de la amenaza ambiental, el contexto de desarrollo y el conocimiento, las redes, los recursos y los valores de una familia o comunidad.
Como señala Kerilyn Schewel, en citado artículo, “es imposible capturar todas las formas de migración relacionada con el clima dentro de una sola categoría”
A lo largo de la historia, los seres humanos han utilizado la migración para adaptarse a los cambios ambientales, económicos, sociales y políticos, el cambio climático nos exigirá nuevos tipos de adaptación y los referentes en el tema alertan que los Estados deberán prever medidas.
No sabemos si el cambio climático creará una nueva categoría de migrantes pero sí podemos afirmar junto a la periodista especializada en temas ambientales Jorgelina Hiba que, “estamos frente a una verdadera y profunda crisis civilizatoria que nos obliga a repensar con urgencia cómo organizamos nuestra forma de vida, nuestra economía, nuestra manera de movernos y, en el fondo, nuestra relación con la naturaleza que nos rodea”.
Si te interesa conocer más sobre Movilidad y cambio climático, tenemos un episodio que trata de eso:
Ep. 16/temp3. Movilidad y cambio climático